Con el corazón de Eva Versión Kindle
sinopsis
Con tan solo 17 años, un trágico accidente acabara con la vida de Eva, sumiendo a Ana, su madre, en la más absoluta desesperación.
Cuando todo su mundo parece derrumbarse ante ella, tendrá que tomar una difícil decisión: donar o no los órganos de su hija, sin ser consciente que ese acto podría cambiar el resto de su vida, para siempre, haciendo que la esperanza vuelva a renacer y recuperando a una persona de su pasado que jamás pudo olvidar.
Cuando todo su mundo parece derrumbarse ante ella, tendrá que tomar una difícil decisión: donar o no los órganos de su hija, sin ser consciente que ese acto podría cambiar el resto de su vida, para siempre, haciendo que la esperanza vuelva a renacer y recuperando a una persona de su pasado que jamás pudo olvidar.
Los dos se sentían profundamente atraídos.
Un enamoramiento sincero los envolvía. Unidos por el destino, con la juventud y
la fuerza que da el amor y casi sin darse cuenta, se unieron en un beso tierno
que los aisló de la realidad. Y con el sabor de aquel buen chocolate en sus
bocas, se sentían vivir y palpitar de pasión sus jóvenes corazones. Se
necesitaban, se deseaban. La suavidad del contacto se hizo más intensa. El
tiempo dejó de fluir a su alrededor. Desde la cocina, Esperanza los vio, y
agradeció en lo más profundo de su corazón que las cosas se hubiesen
solucionado. Su deseo se hacía realidad. Ahora él ya no necesitaría tanto de
ella, pues tendría a su lado a la pequeña y bella Claudia, y la casa sería más
alegre. Recordó cuando, por sus problemas de salud, Alberto no podía ir al
colegio y su padre contrataba maestros privados que le daban clases en casa,
cuando los cumpleaños se realizaban en la más absoluta soledad y los
enamoramientos juveniles entre alumnos pasaban de largo para él.
No le gustaban las nuevas tecnologías, meterse
en los foros ni chatear frente a una pantalla, esa ventana a la soledad en la
que tantos jóvenes encontraban pareja, a él le resultaba extraña.
Esperanza presintió que, a partir de
ahora, la casa tomaría un nuevo rumbo y que ella ya no sería tan necesaria en
la vida de los dos hombres con los que vivía. Se estaba haciendo mayor. Suspiró
con resignación dejando escapar aquella certeza y volvió a concentrarse en sus
labores.
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