domingo, 24 de noviembre de 2013

25 NOVIEMBRE DÍA DE LA VIOLENCIA DE GENERO

EL TELEFONO DEL AMOR 2  PREMIO XVII CONCURSO RELATO CORTO AÑO 2012
MARÍA GONZÁLEZ PINEDA :
Me llamo Rosa, soy voluntaria en una parroquia, recibo llamadas del teléfono rojo del Amor. Entro a trabajar a la 12 de la noche y salgo a 8 de la mañana.
El padre Pablo,  es un cura, un hombre de buen corazón,  él me ha ayudado a salir de mis problemas y me ha hecho ver la vida de otra manera. El padre Pablo ayuda a mucha  gente con problemas. Con la ayuda de algunos voluntarios da de comer a muchos indigentes, y a tantas personas que lo necesitan. Entro en la Parroquia de la Luz y saludo al padre Pablo.
-Buenas noches padre, Pablo.
-Buenas noches Rosa ¿Cómo te encuentras esta noche?
-Gracias padre estoy bien, cada día voy sintiéndome mejor.
-Me alegro por ti, Rosa, te lo mereces, ya me voy, mañana llegare un poco mas tarde, cierra la  puerta cuando te vayas por favor.
-Hasta mañana, buenas noches, Rosa, adiós.
-Buenas noches, padre.
Lo veo marchar, pronto me quedare sola, me siento en la silla y pienso mientras me pongo los auriculares
-¿Qué pasara esta noche? ¿A quién le tocara? ¿A una adolescente que se ha quedado embarazada? ¿A un joven con síndrome de abstinencia?…, el teléfono sonará una y otra vez. Pasa los minutos… ¡Qué extraño! Esta noche no suena el teléfono.
Abro mi libro y me dispongo a leer para no darme cuenta de las horas que pasan, menos mal que el libro me esta gustando. Suena el teléfono, el piloto rojo está guiñando, cierro el libro, pues hay una llamada, contesto a la llamada, al otro lado del teléfono hay una mujer con voz llorosa, entrecortada… Puede que el miedo no la deje hablar.
 Le digo: -Buenas noches, me llamo Rosa ¿En qué puedo ayudarla? Ella no responde. Le digo de nuevo. ¿Usted cómo se llama?
Ella responde: -Yo soy una ciudadana del mundo.
Por su voz intuyo que es una mujer mayor.
 Le digo suavemente; -Quiero escucharla. Cuénteme. ¿Qué le pasa?
Ella me dice; -Esta noche tengo un mal presentimiento, esta noche es una de tantas que temo por mi vida
- ¿Por qué no lo denuncia? -le digo. Ella me responde:
- Él me quiere. Siempre después de una paliza me trae flores, es su manera de quererme, me entiende. Es normal en mi matrimonio. No conozco otra relación, estoy acostumbrada. Pasa en todos los matrimonios.
-Y usted, ¿cómo se siente?
-Yo cada vez me siento peor, son tantos años de esta manera de convivencia, y ya  no puedo más. Mis tres hijos se marcharon, estoy sola y la verdad, he pasado un buen tiempo, pero desde hace unos meses está insoportable.
-Señora ¿quiere que le mande a la policía?
Escuche su negación.
-No, ¡por Dios! eso lo enfadará más aún, no por favor, yo lo solucionaré, lo que me pasa es que esta noche necesito hablar con alguien, estoy muy sola y es usted tan atenta, gracias por escucharme. Antes de poder hablar con ella escuche que decía
-Ya llega-.
Y  me cortó el teléfono, solo sentí el teléfono comunicando, me quede muy triste, no había tenido tiempo suficiente de convencerla, de que lo denunciara.
 Negros pensamientos asaltaron mi mente, los viejos fantasmas del pasado, volvían  a mí devorándome, me hacen mucho daño, por mí mente me ronda  esos recuerdos que me hacen estremecerme, el miedo se apodera de mi, cada vez que pienso en aquella mujer, en mi ciudadana del mundo, me pongo peor, tengo tantas ganas de que pase esta  amarga noche, no puedo seguir con este trabajo que me esta consumiendo en tristeza, ya son la 8 de la mañana, dejo el teléfono, esta noche no ha habido mas llamadas, me levanto de la silla triste, abatida, me pongo mi abrigo,  salgo a la calle, siento la necesidad de caminar, la mañana es muy fría, antes de llegar a mi casa,  en el kiosco de la esquina veo que están descargando la prensa,  en la primera página hay una noticia impactante, decía: Un nuevo asesinato.
Compro el periódico y leo la noticia al completo, me quedo horrorizada. “Un hombre de 66 años mata a su esposa de 62 años” Sentí un dolor en mi corazón, un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, seguí leyendo “Después de 40 años de matrimonio la degolla y la apuñala repetidas veces en el corazón”
Mis lágrimas resbalan  por mis mejillas. ¿Sería aquella mi ciudadana del mundo? ¿Por qué tanta violencia?  ¿Por qué tanto dolor?
Poco a poco me repongo de lo que he leído, subo a mi pequeño apartamento, voy a la cocina y me preparo un café, delante de mi taza tengo el periódico, sigo leyendo, quiero saber más de esta terrible noticia. Un crimen más este año, ya he perdido la cuenta de tantas mujeres que han perdido sus vidas a manos de sus parejas, termino de tomar el café, me levanto y limpio mi taza, la pongo en su sitio, todo está en orden, después entro en el baño, me lavo la cara y me miro en el espejo, solo veo a una mujer triste, dolorida por la vida, llena de soledad, me toco el cuello con mis dedos, siento la cicatriz que me rodea el cuello, me paso la mano por el pecho y siento otra cicatriz, tengo la piel bronca, es la marca de esta injusta violencia, esas cicatrices no son tan profundas, la más profunda es la que tengo dentro del alma, esa que no sana tan fácilmente. Tengo que dejar este trabajo pues me está quemando, me lo estoy planteando desde esta mañana,  me lo estoy repitiendo  una y otra vez, no puedo más, el no poder salvar a mi ciudadana del mundo, me hace sentir muy mal, mi ciudadana, se que es ella, algo dentro de mi me lo dice, no me cabe la mayor duda, sé que es ella, salgo del cuarto de baño entro en mi dormitorio, me siento en la cama pongo mis manos en mi cara para apagar mis sollozos, que dolor siento hoy en mi alma, me siento tan cansada que apenas me tengo en pie,  me voy desnudando despacio, me pongo el pijama y me meto en la cama, quiero descansar, pero no se me van de mi estos negro pensamientos, otro día mas de soledad, suspiro
-¡yo al menos salvé mi vida!-Cuántas mujeres no pueden contarlo, cuántas mujeres no puede decir lo mismo que yo ni contar su historia.
Gracias al padre Pablo, él me dio su calor y su fuerza e hizo que luchara por sobrevivir, su ayuda ha sido muy valiosa para mí, me ha dado una nueva vida y me ha hecho sentir una mujer libre. Además me ha dado la capacidad de poder ayudar a los demás, a todas esas personas que me llaman cada noche, por teléfono. Pero lo de esta noche me ha superado, ha consumido todas mis fuerzas, estoy tan desvalida, tan cansada,  el sueño tarda en venir. Al final el sueño me va venciendo, doy gracias a Dios y cierro mis ojos, me dejo llevar hasta que el sueño suaviza toda mis tempestades,  las que hay dentro de mi alma.


miércoles, 20 de noviembre de 2013

Con el corazón de Eva

Con el corazón de Eva.
Una nueva etapa comienza en mi vida, hacer una una presentación solidaria con lleva una gran responsabilidad, esta a la altura es un recto, aparir de ahora mi libro se vuelve Corazón solidario.
Próximo día 13 de diciembre a la 5 de la tarde en la cede de la asociación de fibromialgia, sera una merienda literaria, una tarde emocionante.