sábado, 3 de enero de 2015

MI SECRETO ES MI CONDENA

—Papá, —llamó en muchacho nada más entrar— ¿por qué no hacemos esta Nochevieja algo especial?
—¿Como qué? —preguntó Teodoro.
—Podemos pensar en regalos para las chicas. Algo que sea sexy, y a la vez divertido.
—¿No estaréis pensando en algo como…?
—No sé, papá. Eso puede ser muy atrevido por nuestra parte. De todas maneras quiero que pasemos una Nochevieja que tardemos en olvidar.
—Bueno, debemos preguntar antes a Julia. Vaya a que Nerea y su madre se lo tomen a mal. También po-demos decorar la casa. Para Laura será divertido —valoró Óscar.
—Podemos meter los regalos en bolsas sorpresa —seguía elucubrando Íker—, que Laura las rompa y que lue-go los reparta.
—Me parece buena idea. Y la cena se la encargo a mi amigo el del catering, que siempre me ayuda a elegir una buena comida. ¿Y tú, Teodoro? Sabes que estás in-vitado, ¿no?
—Gracias, Óscar.
—Y de los regalos, ¿quién se encarga? —preguntó Óscar—. ¿Les vamos a comprar lencería, un salto de cama de mamá Noel, con plumas y esas cosas?
—Me encargo yo, papá.
—Y los vamos a coger todos del mismo color, ¿ro-jos? —indaga su padre.
Teodoro agregó con cierta burla:
—Óscar, parece que te da vergüenza.
—¿Y qué te hace creer eso?, yo no me he caído de un guindo. Bueno, voy a hablar con Julia, a ver qué le pa-rece, y ya os comento.
Íker añadió:
—Como en Navidad con la boda no hicimos una gran fiesta, esta la vamos a hacer bien bonita para que no se nos olvide, esta Nochevieja va a ser especial.
Óscar fue a hablar con Julia.
—¿Sabes?, tu hijo quiere hacer en Nochevieja una gran fiesta, y le he dado permiso para que compre regalos y decore la casa. ¿Tú cómo lo ves? Si tú no quieres, le diré que no compre nada.
—Bien, Óscar. Yo también estaba pensando hacer algo especial para esa noche, puesto que a Nerea la veo un poco triste y pienso que tenemos que alegrarla.
—Nerea ya está casi recuperada. Lo que no se recuperará con tanta facilidades de la humillación por ser una cabezota. Íker quiere comprar lencería para gastaros una broma. ¿Tú qué piensa? ¿Crees que está bien, o a Gema le sentará mal? —No creo. Gema tiene la necesidad de desprenderse del pasado y pienso que le gusta de verdad...

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