—Esta vez la copia supera a la original. Eres muy bella, más que la estúpida modelo de la que me encapriché. —La besó en los labios—. Ven conmigo —le susurró y la llevó al dormitorio—. Quítate el traje y ponte una transparencia, de estas que te he comprado. Quiero verte para mi solito.
Ella se desnudó completamente mientras la contemplaba. Se estaba poniendo el camisón cuando él ya empezaba a acariciar sus muslos.
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