lunes, 12 de septiembre de 2016

DOS DÍAS Y TRES NOCHES




Título: Dos días y tres noches.
Autora: María González Pineda
 Páginas: 101
Género: Romántico Erótico
Editorial: Editamás.
De venta en este enlases.
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María González Pineda, se adentra de lleno en el género erótico, haciéndonos vibrar en cada párrafo con estos dos relatos.

DOS DÍAS Y TRES NOCHES,
 es el relato que da nombre al libro.
Evelyn es una guapa mujer de 26 años.
Pasaba su vida aburrida hasta que una noche encontró un hombre que le hizo conocer un mundo de sexo y lujuria al que no estaba acostumbrada. Esta situación, le hace darse cuenta de que tiene un fiera dormida, escondida, hambrienta de sexo. Ya no le importaba su vida, solo quería ser la amante de un hombre mayor que ella. Vive loca por él y solo le importa pasar con él dos días y tres noches.

LOS SUEÑOS ÍNTIMOS DE ELOÍSA
Eloísa Román era una mujer bella y joven, centrada en su trabajo. Vivía de la moda; el sexo no le interesa.

Durante sus vacaciones, viaja a la playa donde descubre a un joven guapo y moreno. Él ni siquiera se ha fijado en ella, pero la joven cada noche se abandona en sueños con él, cae rendida en los brazos eróticos de Morfeo, a su lado.

PAGINA INTERIOR

—¿De qué prostíbulo ha salido? —interrogó—. ¿Cómo te llamas? —La joven no respondió—. ¿Por qué no me dice su nombre? ¿Se lo has prohibido, no quieres que hable conmigo?
Leonardo estaba molesto con su amigo de juegos.
—Ella te puede decir su nombre y profesión, no le tengo prohibido nada —le dijo, esperando que ella le
dijera algo que lo dejara clavado en el sitio—. Puedes decirle tu nombre y tu profesión —insistió.
La joven alzó la mirada y le habló en un perfecto francés:
—Me llamo Geraldine y soy la directora de una firma de cosméticos femeninos en París.
—Eso no vale. Me lo ha dicho en francés y no la entiendo.
Leonardo estaba orgulloso de la respuesta de la joven y añadió:
—Si no sabes francés, es tu problema. Geraldine está en mi casa, y ahora nos vamos.
—¿No te quedas? Sabes que el grupo se reúne hoy.
—Hoy no. Mañana iremos a la fiesta.
—Ok, allí nos vemos.
Leonardo cogió a la chica de la mano y salieron del restaurante.

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